Cuauhtémoc BLAS 25 May, 2009
Hace un año llegó a la rectoría de la UABJO Rafael Torres Valdez. El segundo rector con que el sindicato SUMA daba continuación a su proyecto de control y poder en esa institución, en abierta contradicción de los supuestos motivos que hicieron surgir a dicho sindicato: su oposición a las prácticas clientelares y mafiosas del sindicato que desde décadas atrás había dominado la Universidad: STAUO.
Hoy, a pocos años del nacimiento de SUMA, está claro que nunca se propusieron en realidad algún cambio favorable para la UABJO, está claro que la academia no les importa, sino el típico y viejo “quítate tú pa ponerme yo”. Quitaron al viejo STAUO con sus detentadores que hoy se consuelan con algunos cargos menores, pero continúan las mismas prácticas, la misma corrupción académica y económica.
Prácticas nocivas que, incluso, cada vez son menos sutiles y más firmes. De manera abierta y sin explicación Francisco Martínez Neri, quien entregara la rectoría a Rafael Torres Valdez, no hizo público su último informe de labores como rector. Difundieron que lo tenía pero no se encuentra por ningún lado. Al contrario de sus tres informes anteriores, que aún con sus debilidades y contradicciones, se hallaban en la página web de esa institución, el último informe se escamoteo.
Al iniciar la presente administración personal de comunicación social nos informó que pronto sería publicado, luego que lo subirían a la página web. No lo hicieron. Dicho informe era clave para conocer los movimientos y costos finales de las onerosas, anticuadas e infuncionales obras que el autodenominado “rector constructor” había hecho. Por algo no dio a conocer ese informe. Hoy con esas y otras prendas similares Neri busca ser diputado federal.
Es importante referirse a este primer rector de SUMA para esbozar la rapidez con que dicho grupo dejó de ser al menos una tenue esperanza para quienes quisieran ver mejor a su Universidad, y para toda la sociedad quien sufre el flagelo de no contar con una casa de estudios que la proveyera de cuadros de calidad que pudiera mejorar la vida de dicha sociedad, sino que tiene en la UABJO un grave problema social más, que de continuo —y con el rector actual más a menudo— cierras las escuelas y facultades, mal menor en tanto que rebasan esos marcos y también bloquean vialidades y detiene el transporte público. No son, como debieran ser, una mínima solución de algo, sino otro grave problema más de la entidad.
La diferencia de este segundo rector de SUMA es que ya ni siquiera hubo de esperar un año para decepcionarse, pues desde su campaña por el cargo se vio que sería más de lo mismo o peor. Diferente a Martínez Neri quien en su campaña despertó realmente buenas expectativas tanto al interior de la Universidad como fuera. La decadencia de la institución era tal que la imagen manejada adecuadamente de Neri así como las maniobras político-mafiosas del operador y “líder moral” de SUMA, Abraham Martínez Alavés, lo hicieron ganar sin mucho problema.
En esta nueva elección, además del desencanto que finalmente dejó la administración anterior, la imagen desastrosa de Torres Valdez impidió repetir la generación de expectativas favorables, por lo que Martínez Alavés, el operador, tuvo que echar mano hasta de las alianzas más impredecibles y recursos extremos, con el porrismo y la grosera manipulación de una masa estudiantil acrítica. La confrontación fue más aguda, más ríspida la sucesión con acusaciones de fraude electoral. El otro sindicado fuerte STAUO, dividido y confrontado, no permitió una transición tersa.
Ahora no hubo un gobernador que los pusiera en orden como Murat, que disciplinó a todos y obligó a Neri a aceptar todas las condiciones del gobierno estatal, excepto una: su posición de rector. Hábil, éste aceptó un gabinete impuesto pero casi de inmediato nombró otro paralelo con el que gobernó sin dejar de sostener y pagarle a los otros. Una pequeña historia de simulación urdió aquel rector que hasta el “filántropo” de Harp Helú se asoció a él con becas y apoyos. Ahora, con la nueva administración de Torres Valdez Harp ha puesto tierra de por medio con la UABJO. Ni siquiera hay tiempo para la simulación y tomarse la foto pues casi no hay día sin movilizaciones y peleas en esa institución.
Neri inició una política de comunicación social con la falsa imagen de que escuelas y facultades estaban en proceso de acreditación académica nacional, en el nivel 1, cuando ese punto es apenas la aceptación para iniciar el proceso de acreditación en sus distintas fases. No han pasado del nivel 1. Pero antes esta falacia tenía un poco de credibilidad, ahora que Torres recurre a lo mismo, ¿quién le va a creer si en todo este año no ha tenido paz esa pobre UABJO? ¿Es posible algún trabajo académico en esas condiciones? Lo que se ha visto crecer sostenidamente es el “porrismo”, incluso hasta escenas clásicas de los grupos de la delincuencia organizada con persecuciones y balazos se dan hoy. A un año de la actual rectoría, ese es el saldo más notorio, eso es lo nuevo con el muy disminuido rector que hoy dormita en el cargo y camino a sus viajes de placer al extranjero.
blaslc@yahoo.com.mx
Hoy, a pocos años del nacimiento de SUMA, está claro que nunca se propusieron en realidad algún cambio favorable para la UABJO, está claro que la academia no les importa, sino el típico y viejo “quítate tú pa ponerme yo”. Quitaron al viejo STAUO con sus detentadores que hoy se consuelan con algunos cargos menores, pero continúan las mismas prácticas, la misma corrupción académica y económica.
Prácticas nocivas que, incluso, cada vez son menos sutiles y más firmes. De manera abierta y sin explicación Francisco Martínez Neri, quien entregara la rectoría a Rafael Torres Valdez, no hizo público su último informe de labores como rector. Difundieron que lo tenía pero no se encuentra por ningún lado. Al contrario de sus tres informes anteriores, que aún con sus debilidades y contradicciones, se hallaban en la página web de esa institución, el último informe se escamoteo.
Al iniciar la presente administración personal de comunicación social nos informó que pronto sería publicado, luego que lo subirían a la página web. No lo hicieron. Dicho informe era clave para conocer los movimientos y costos finales de las onerosas, anticuadas e infuncionales obras que el autodenominado “rector constructor” había hecho. Por algo no dio a conocer ese informe. Hoy con esas y otras prendas similares Neri busca ser diputado federal.
Es importante referirse a este primer rector de SUMA para esbozar la rapidez con que dicho grupo dejó de ser al menos una tenue esperanza para quienes quisieran ver mejor a su Universidad, y para toda la sociedad quien sufre el flagelo de no contar con una casa de estudios que la proveyera de cuadros de calidad que pudiera mejorar la vida de dicha sociedad, sino que tiene en la UABJO un grave problema social más, que de continuo —y con el rector actual más a menudo— cierras las escuelas y facultades, mal menor en tanto que rebasan esos marcos y también bloquean vialidades y detiene el transporte público. No son, como debieran ser, una mínima solución de algo, sino otro grave problema más de la entidad.
La diferencia de este segundo rector de SUMA es que ya ni siquiera hubo de esperar un año para decepcionarse, pues desde su campaña por el cargo se vio que sería más de lo mismo o peor. Diferente a Martínez Neri quien en su campaña despertó realmente buenas expectativas tanto al interior de la Universidad como fuera. La decadencia de la institución era tal que la imagen manejada adecuadamente de Neri así como las maniobras político-mafiosas del operador y “líder moral” de SUMA, Abraham Martínez Alavés, lo hicieron ganar sin mucho problema.
En esta nueva elección, además del desencanto que finalmente dejó la administración anterior, la imagen desastrosa de Torres Valdez impidió repetir la generación de expectativas favorables, por lo que Martínez Alavés, el operador, tuvo que echar mano hasta de las alianzas más impredecibles y recursos extremos, con el porrismo y la grosera manipulación de una masa estudiantil acrítica. La confrontación fue más aguda, más ríspida la sucesión con acusaciones de fraude electoral. El otro sindicado fuerte STAUO, dividido y confrontado, no permitió una transición tersa.
Ahora no hubo un gobernador que los pusiera en orden como Murat, que disciplinó a todos y obligó a Neri a aceptar todas las condiciones del gobierno estatal, excepto una: su posición de rector. Hábil, éste aceptó un gabinete impuesto pero casi de inmediato nombró otro paralelo con el que gobernó sin dejar de sostener y pagarle a los otros. Una pequeña historia de simulación urdió aquel rector que hasta el “filántropo” de Harp Helú se asoció a él con becas y apoyos. Ahora, con la nueva administración de Torres Valdez Harp ha puesto tierra de por medio con la UABJO. Ni siquiera hay tiempo para la simulación y tomarse la foto pues casi no hay día sin movilizaciones y peleas en esa institución.
Neri inició una política de comunicación social con la falsa imagen de que escuelas y facultades estaban en proceso de acreditación académica nacional, en el nivel 1, cuando ese punto es apenas la aceptación para iniciar el proceso de acreditación en sus distintas fases. No han pasado del nivel 1. Pero antes esta falacia tenía un poco de credibilidad, ahora que Torres recurre a lo mismo, ¿quién le va a creer si en todo este año no ha tenido paz esa pobre UABJO? ¿Es posible algún trabajo académico en esas condiciones? Lo que se ha visto crecer sostenidamente es el “porrismo”, incluso hasta escenas clásicas de los grupos de la delincuencia organizada con persecuciones y balazos se dan hoy. A un año de la actual rectoría, ese es el saldo más notorio, eso es lo nuevo con el muy disminuido rector que hoy dormita en el cargo y camino a sus viajes de placer al extranjero.
blaslc@yahoo.com.mx
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