Álvaro Uribe crea enemigos donde no los hay, infla el número de bajas de esa guerrilla que lo trae de cabeza (a la que desde aquí envío mi saludo solidario) y asesina campesinos ocultándolos en fosas comunes. Semejantes actividades le provocarán, de vez en cuando, algo de insomnio. Quizás malhumorado por la falta de sueño, el mandatario colombiano protagonizó ayer en México, un altercado con Hugo Chávez.
Durante el almuerzo de los presidentes de la Cumbre del Grupo de Río, un Uribe fuera de sí, interrumpió al presidente venezolano, para criticarle el trato comercial que dispensa a las empresas colombianas, tratamiento que comparó con el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Si bien la comparación es un disparate, resulta evidente que al pequeño dictador le afectan las medidas adoptadas por Venezuela, tras la ruptura de relaciones con Colombia. Por su reacción deduzco que las 7 bases estadounidenses, procuran poca plata y muchos problemas.
En fin, como Uribe seguía en sus trece, Chávez decidió cortar por lo sano y le espetó un rotundo y sonoro "vete al carajo". Finalmente parece (no hay imágenes del momento) que Raúl Castro medió entre ambos, lo cual fue un gesto generoso por su parte, si tenemos en cuenta que Uribe considera a Cuba un país “hostil” (órdenes de Estados Unidos), según documentos hechos públicos por los servicios de seguridad colombianos (DAS).
Paradójicamente, este peón de la Casa Blanca le hizo un flaco favor a sus señores, pues cuestionó, subjetivamente, la política de Washington respecto a Cuba, reconoció (sin quererlo) el daño que el bloqueo provoca al pueblo cubano, y, para postre, dejó (sin darse cuenta) con el trasero al aire a los terroristas de Miami que se desgañitan por ahí, gritando que el bloqueo es una “exageración castrista”.
Sinceramente, yo no se si lo habría enviado al carajo, o al limbo de los idiotas, junto a su amigo el cantante Juanes que, por cierto, amenaza con ir a cantarle a los haitianos, cuando éstos lo que necesitan es comida.
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