jueves, 29 de octubre de 2009

Anticapitalismo y socialismo del siglo XXI aguas abajo.


El goteo diario del acontecer histórico va sopesando las cargas. El imperio en crisis hace su parte y la marcha indetenible del proceso liberador del sur del continente hace lo suyo, aguas abajo se va fermentando el resultado: nuestra América en su avance cotidiano se une cada vez más, se fortalece y ante el mundo se presenta como nunca pudo hacerlo: un continente con voz y peso propio.
El Sucre, que aun es un bebé prematuro, se amamanta con parte de las reservas de cada país y crecerá robusto para sustituir a los papelitos verdes con que el norte nos ha sometido, las uniones estratégicas de los países sureños en sus alianzas económicas solidarias robustecen una nueva economía no dependiente, los avances en educación, la guerra al analfabetismo, la asistencia a la salud de todos los pueblos van despertando una conciencia que se agiganta y que le da una cara nueva, lozana y fresca ante los milenarios países del norte. El imperio centenario del capitalismo norteamericano y europeo cobra a diario pérdida de fortalezas, la crisis aporta miles de desempleados, recortes en presupuestos de salud, miseria y posiciones fascistas de sus gobiernos que tarde o temprano generarán una fuerza oponente en sus pueblos.
El socialismo del siglo XXI no es una revolución de golpe, es una semilla que brotó y germinó para ir creciendo insoslayable e indetenible. La pluralidad de poderes a nivel mundial se agiganta cuando China, Rusia, Francia, Irán y otros países desarrollados son invitados a participar en la nueva economía. El capitalismo hegemónico cada vez es desenmascarado con más fuerza. Los imperios mediáticos pierden su capacidad de hechizar e hipnotizar a la población, despierta una conciencia planetaria que nos llevará a una transformación mundial que se hace indispensable ante el desquicio y la irresponsabilidad ecológica del imperio de los capitales, ante un destino de guerras de dominación persiguiendo el control de materias primas, ante la intención de dominar a los pueblos, de esclavizarlos a favor del viejo armatoste industrial de la burguesía.
Con la bandera de la paz, con la toma de calles y campos, con la denuncia constante, tanto indígenas como jóvenes, como obreros y campesinos, se comienza a levantar la marcha hacia un socialismo todavía no acabado, sin planos ni manuales específicos, cada país vive la dualidad de lo que tiene que nacer y lo que tiene que morir, pero el despertar planetario del poder de todos, de la gran mayoría que despierta, garantiza que será innegable el triunfo del socialismo y el final del capitalismo.El poder político aun teniendo que convivir con el poder económico burgues, es un arma poderosa que podrá vencerlo.
La crisis no es sólo económica, esa crisis afecta los bolsillos, pero más determina la crisis de una especie entera que marcha a diario conciente de la necesidad de un nuevo orden mundial. Aguas abajo, nacerán las formas económicas populares y socialistas, aguas abajo, la medicina comunitaria y no rentista, aguas abajo el pueblo formado y crítico, aguas abajo la unión indestructible de los pueblos, aguas abajo las fuerzas que liberarán nuestras tierras de los poderes hegemónicos que de igual forma, diariamente van perdiendo poder y se reducirán a ser parte de la historia pasada.
Brasil, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, Argentina, países Centro Americanos, Uruguay y países del continente de África van conformándose un nuevo e indetenible bloque económico. Son los países que poseen las materias primas sin las que no habrá futuro para el planeta entero. Pueblos que estamos llamados a escribir páginas de historia que serán imborrables. Aguas abajo estamos todos los que habitamos este hermoso continente, aguas abajo nuestras manos deben participar en la construcción del portal que nos libere de una sociedad capitalista que aun existe, de un poder económico que no hemos podido tomar, pero que con el poder político, con la organización comunal, con la formación ideológica, con la educación en el deber ser, en fin, con la generación del hombre nuevo que transforme las conciencias, será el río que aguas abajo, aquí en nuestro sur, regará caudaloso la siembra, la buena siembra necesaria para la gran victoria.
fuente- kaos en la red

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