Apenas unos días después de la farsa electoral hondureña, Estados Unidos hace lo indecible por modificar el rostro del golpe de Estado dado el pasado 28 de junio contra el presidente constitucional Manuel Zelaya.
Lo hace embadurnando con coloretes, polvos y otros cosméticos el rostro de militares y oligarcas que en las calles de Tegucigalpa, San Pedro Sula y otras ciudades han reprimido brutalmente las manifestaciones populares en contra del golpe y clausurado e implantado la censura de prensa en medios de comunicación. Pretenden, en fin, hacer ver que el terror ya no existe y que, de la noche a la mañana, Honduras ha pasado a convertirse en un estado donde reina la seguridad y la paz.
Casi coincidentemente son emitidas dos declaraciones del Departamento de Estado con un mismo propósito: La primera, en boca del subsecretario Arturo Valenzuela, de que “las elecciones no fueron inventadas por Micheletti para blanquear el golpe, por lo que Washington no considera ilegítimos los comicios”. La segunda, dirigida a los ciudadanos norteamericanos, diciéndoles que ha revocado “la advertencia sobre la peligrosidad de viajar a Honduras, pues ahora la situación ha mejorado”.
Y, fieles a tales señas, los grandes medios de comunicación al servicio del Imperio se dan a la tarea de tergiversar y manipular cualquier información a fin de pintar una Honduras que no es, unas elecciones que transcurrieron “sin incidentes” y con participación “sin precedentes”, en las cuales resultó electo un Lobo, que en su juventud tuvo inclinaciones comunistas, lo cual presentan como un mérito en lugar de algo que pueda causar temor.
Dos reputadas “estrellas” del periodismo en Estados Unidos, Mary Anastasia O´Grady y Angela Patricia Janiot, son utilizadas como portavoces para que el mensaje llegue a dirigentes políticos, congresistas, asesores, funcionarios, empresarios, militares de Estados Unidos y al resto del mundo. Y ellas, desconociendo las más elementales normas éticas, faltan a la verdad deliberadamente.
En The Wall Street Journal, periódico del magnate Rupert Murdoch y que se dice es el que mayor número de lectores tiene en Estados Unidos, la O´Grady escribe un editorial donde a la vez que groseramente manipula las cifras de asistentes a las urnas afirma que hubo “gran apoyo internacional a las elecciones”. ¿De dónde habrá sacado ese “gran apoyo internacional”? Porque hasta el momento lo que se sabe es que sólo cinco países han reconocido las elecciones: Estados Unidos, Israel, Colombia, Perú y Panamá, y se dice que dos o tres secuaces más de Washington lo harán próximamente.
Lo que si es cierto es que existe una fuerte presión de las embajadas norteamericanas en el mundo para que se reconozca al “nuevo gobierno” de Honduras. Eso está en marcha, y no dudamos que algunos gobiernos cedan ante tales presiones. Ya en Montevideo, durante la celebración de la cumbre de MERCOSUR, la cual emitió una declaración contra el reconocimiento a las elecciones y al golpe en Honduras, firmada por los presidentes de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, con la adhesión de Venezuela que está en proceso para integrar ese bloque, asomó la percepción de uno de los países invitados de considerar las elecciones como una condición necesaria para el retorno de la democracia. Eso provocó un generalizado rechazo.
Lo de Patricia Janiot, la periodista colombiana que forma parte del staff de CNN en español desde 1994, fue tan escandaloso como lo de la editorialista del diario de Murdoch, pues durante el curso de una entrevista que le hizo al presidente Zelaya, quien está refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, la periodista afirmó que la asistencia de votantes a las elecciones fue masiva y “sin precedentes”.
Indignada por la falta de ética de la Janiot, una periodista de Argenpress contó que buscó inmediatamente en Google lo que se había escrito sobre ese programa de CNN, y halló que un periódico nicaragüense, repetía como si fuera un papagayo, el mismo discurso de la Janiot que daba legitimidad a unas elecciones que la mayoría de los países del mundo han rechazado.
Está bien que la O´Grady y la Janiot usen los cosméticos para resaltar la belleza de sus rostros, pero no que los empleen para convertir el salvajismo en humanidad, la injusticia en justicia o la ilegalidad en legalidad.
En el caso de Honduras por muchos coloretes, polvos y perfumes con que traten de maquillar y adornar a los golpistas, al golpe, a la democracia no participativa y otros males, nada ni nadie podrá encubrirlo, tal como dice un dicho español. Es inútil, pues, untarle cosméticos como hacen Washington y su gran aparato mediático.
fuente- cuba debate
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