JOSé GIL OLMOS
MÉXICO, D.F., 25 de noviembre (apro).- Una semana después de salir de la cárcel, Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas, fundadores del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), denunciaron que el Ejército y el narco trabajaban juntos en Guerrero, en la persecución de los luchadores sociales, y todo parece indicar que la ejecución de Ramiro Salgado López, presunto líder del grupo armado, es parte de esa peligrosa alianza.
El pasado viernes 20, el cuerpo de Ramiro, a quien se identificaba como líder del ERPI, fue localizado, en avanzado estado de descomposición, en el patio de una vivienda de la comunidad de Palos Grandes, del municipio de Ajuchitlán del Progreso, Guerrero. Al ser exhumado el cuerpo, se descubrió que Salgado López había sido ejecutado dos semanas atrás.
El pasado sábado 7, varias corporaciones policíacas y militares filtraron información que señalaba que el comandante Ramiro, del ERPI, había muerto, pero la confirmación se dio 13 días más tarde, cuando su cuerpo se encontró enterrado en el patio de una casa del municipio guerrerense.
Desde tiempo atrás, Ramiro era perseguido por las autoridades estatales, que habían abierto diversas averiguaciones previas en su contra, así como una orden de reaprehensión. Lo acusaban de ser un delincuente peligroso y de haber secuestrado al doctor Rodrigo Borja, e incluso decían que estaba involucrado con el narcotráfico.
Sin embargo, en la región lo reconocían como un líder social que combatía la injusticia provocada por los gobiernos local y federal, y además estaba en desacuerdo con la producción y tráfico de drogas en Guerrero.
El pasado miércoles 4, la comandancia general del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente confirmó el asesinato de su líder, el "comandante Ramiro", a manos de asesinos a sueldo pagados por el Estado mexicano.
En un comunicado, el ERPI denunció que fue el Estado, "por medio de sus órganos de inteligencia militar y política, quien pagó y planeó para que un sicario, Cayetano Alvarado Palacios, El Cuche Blanco, coludido y pistolero sirviente de los caciques más famosos de Guerrero, como Rogaciano Alba, ametrallara con cuatro impactos de rifle AK 47 el cuerpo del joven líder social".
El grupo guerrillero señaló que fue a las 7:20 horas del miércoles, cuando siete narcoparamilitares liderados por El Cuche Blanco Palacios le tendieron una emboscada en la comunidad de Palos Grandes y lo asesinaron.
De ser cierto lo que dice el ERPI, y que también refieren Jacobo y Gloria, estamos ante una nueva forma de vinculación entre grupos del crimen organizado y militares en algunas zonas del país donde históricamente ha habido presencia de la guerrilla, hecho que contradice totalmente aquellas versiones de que la guerrilla y el narco harían mancuerna para desestabilizar al Estado mexicano, como las FARC en Colombia.
En reciente entrevista, Jacobo y Gloria, quienes estuvieron en la cárcel acusados de realizar actos subversivos cuando dirigían al ERPI, revelaron que en Guerrero se estaba gestando una alianza entre el narcotráfico y fuerzas del gobierno para desaparecer a líderes sociales.
El objetivo: "Limpiar" la zona de aquellos personajes que obstaculizan el gran negocio de la siembra de mariguana y amapola, de donde extraen la goma de opio y la transforman en heroína.
El ERPI y el Ejército Popular Revolucionario (EPR) en Guerrero, lo mismo que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, han declarado que no están de acuerdo con que en sus zonas de influencia se produzcan enervantes, y han establecido duras políticas para expulsar de sus organizaciones a quienes incurran en el narcotráfico.
Nada más incómodo para los diferentes grupos de narcotraficantes que estar lidiando con la guerrilla, por eso, según el ERPI, se han aliado con las fuerzas gubernamentales y han contratado a sicarios para eliminarlos.
Esta presunta alianza sería por un beneficio mutuo, principalmente económico, pues deja más al narco tener un aliado que brinda protección para el libre comercio, que a guerrilleros que no ofrecen ganancias.
fuente- proceso
El pasado viernes 20, el cuerpo de Ramiro, a quien se identificaba como líder del ERPI, fue localizado, en avanzado estado de descomposición, en el patio de una vivienda de la comunidad de Palos Grandes, del municipio de Ajuchitlán del Progreso, Guerrero. Al ser exhumado el cuerpo, se descubrió que Salgado López había sido ejecutado dos semanas atrás.
El pasado sábado 7, varias corporaciones policíacas y militares filtraron información que señalaba que el comandante Ramiro, del ERPI, había muerto, pero la confirmación se dio 13 días más tarde, cuando su cuerpo se encontró enterrado en el patio de una casa del municipio guerrerense.
Desde tiempo atrás, Ramiro era perseguido por las autoridades estatales, que habían abierto diversas averiguaciones previas en su contra, así como una orden de reaprehensión. Lo acusaban de ser un delincuente peligroso y de haber secuestrado al doctor Rodrigo Borja, e incluso decían que estaba involucrado con el narcotráfico.
Sin embargo, en la región lo reconocían como un líder social que combatía la injusticia provocada por los gobiernos local y federal, y además estaba en desacuerdo con la producción y tráfico de drogas en Guerrero.
El pasado miércoles 4, la comandancia general del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente confirmó el asesinato de su líder, el "comandante Ramiro", a manos de asesinos a sueldo pagados por el Estado mexicano.
En un comunicado, el ERPI denunció que fue el Estado, "por medio de sus órganos de inteligencia militar y política, quien pagó y planeó para que un sicario, Cayetano Alvarado Palacios, El Cuche Blanco, coludido y pistolero sirviente de los caciques más famosos de Guerrero, como Rogaciano Alba, ametrallara con cuatro impactos de rifle AK 47 el cuerpo del joven líder social".
El grupo guerrillero señaló que fue a las 7:20 horas del miércoles, cuando siete narcoparamilitares liderados por El Cuche Blanco Palacios le tendieron una emboscada en la comunidad de Palos Grandes y lo asesinaron.
De ser cierto lo que dice el ERPI, y que también refieren Jacobo y Gloria, estamos ante una nueva forma de vinculación entre grupos del crimen organizado y militares en algunas zonas del país donde históricamente ha habido presencia de la guerrilla, hecho que contradice totalmente aquellas versiones de que la guerrilla y el narco harían mancuerna para desestabilizar al Estado mexicano, como las FARC en Colombia.
En reciente entrevista, Jacobo y Gloria, quienes estuvieron en la cárcel acusados de realizar actos subversivos cuando dirigían al ERPI, revelaron que en Guerrero se estaba gestando una alianza entre el narcotráfico y fuerzas del gobierno para desaparecer a líderes sociales.
El objetivo: "Limpiar" la zona de aquellos personajes que obstaculizan el gran negocio de la siembra de mariguana y amapola, de donde extraen la goma de opio y la transforman en heroína.
El ERPI y el Ejército Popular Revolucionario (EPR) en Guerrero, lo mismo que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, han declarado que no están de acuerdo con que en sus zonas de influencia se produzcan enervantes, y han establecido duras políticas para expulsar de sus organizaciones a quienes incurran en el narcotráfico.
Nada más incómodo para los diferentes grupos de narcotraficantes que estar lidiando con la guerrilla, por eso, según el ERPI, se han aliado con las fuerzas gubernamentales y han contratado a sicarios para eliminarlos.
Esta presunta alianza sería por un beneficio mutuo, principalmente económico, pues deja más al narco tener un aliado que brinda protección para el libre comercio, que a guerrilleros que no ofrecen ganancias.
fuente- proceso
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