El 27 de noviembre se celebra un evento internacional que lleva ya 18 años. El Día sin compras. Esta iniciativa es comparable a un día de huelga de los consumidores y consumidoras, con el fin de elevar un grito de protesta frente al modelo industrial-consumista, una de las principales causas de muchos de los problemas sociales y ambientales en los que está sumido el planeta.
Este modelo actual, caracterizado por el despilfarro, la falta de solidaridad, la homogeneización, el individualismo y la insostenibilidad ambiental y social, prevalece en gran parte del mundo. Ha conducido a que las economías de los países mas pobres dediquen gran parte de sus recursos humanos y naturales, a la satisfacción del desmedido consumo de las sociedades más industrializadas, y de los estratos mas pudientes de esas regiones.
Las cifras de la desigualdad son claras. Sólo un 12% de las personas que viven en el Norte económico, es responsable del 60% del consumo total del planeta. El 1% de la población mundial recibió en 2001 tanto ingreso como el 57%. Esto explica por qué el 5% mas rico tiene ingresos 114 veces mayores que el 5% mas pobre.
El cambio climático, el agujero en la capa de ozono, el agotamiento y contaminación de los recursos naturales, la acumulación de residuos y la degradación de la tierra, el agua y el aire, son consecuencias de un problema mucho mayor, que es el modo de vida que desde hace mas de un siglo se nos está imponiendo.
El consumo excesivo o innecesario es causal directo de la deforestación, de las emisiones de gases de efecto invernadero, de la minería, de la desertificación de los suelos y los problemas de acceso al agua potable, de la gran contaminación producida por la basura y de muchos otros problemas ambientales.
Sin embargo, cuando se habla de soluciones para el cambio climático o para cualquiera de estos problemas, pocas veces suele ponerse el énfasis en reducir el consumo como parte importante de la solución, sino que se apunta a realizar modificaciones tecnológicas o de cualquier otro tipo con tal de mantener los niveles de consumo y de confort actuales.
El modelo industrial-consumista no sólo es parte de la crisis ambiental en la que nos encontramos sumidos, sino que es una de sus principales raíces. Comprender esto y asumirlo sin dudas sería la clave para comenzar a pensar de la manera correcta, los cambios necesarios para detener la catástrofe que se avecina.
El día sin compras es una interesante propuesta a la que adherimos y apoyamos, teniendo como el objetivo final y mas importante, convertirnos en consumidores concientes y responsables los 365 días del año.
fuente- correo MJL
Este modelo actual, caracterizado por el despilfarro, la falta de solidaridad, la homogeneización, el individualismo y la insostenibilidad ambiental y social, prevalece en gran parte del mundo. Ha conducido a que las economías de los países mas pobres dediquen gran parte de sus recursos humanos y naturales, a la satisfacción del desmedido consumo de las sociedades más industrializadas, y de los estratos mas pudientes de esas regiones.
Las cifras de la desigualdad son claras. Sólo un 12% de las personas que viven en el Norte económico, es responsable del 60% del consumo total del planeta. El 1% de la población mundial recibió en 2001 tanto ingreso como el 57%. Esto explica por qué el 5% mas rico tiene ingresos 114 veces mayores que el 5% mas pobre.
El cambio climático, el agujero en la capa de ozono, el agotamiento y contaminación de los recursos naturales, la acumulación de residuos y la degradación de la tierra, el agua y el aire, son consecuencias de un problema mucho mayor, que es el modo de vida que desde hace mas de un siglo se nos está imponiendo.
El consumo excesivo o innecesario es causal directo de la deforestación, de las emisiones de gases de efecto invernadero, de la minería, de la desertificación de los suelos y los problemas de acceso al agua potable, de la gran contaminación producida por la basura y de muchos otros problemas ambientales.
Sin embargo, cuando se habla de soluciones para el cambio climático o para cualquiera de estos problemas, pocas veces suele ponerse el énfasis en reducir el consumo como parte importante de la solución, sino que se apunta a realizar modificaciones tecnológicas o de cualquier otro tipo con tal de mantener los niveles de consumo y de confort actuales.
El modelo industrial-consumista no sólo es parte de la crisis ambiental en la que nos encontramos sumidos, sino que es una de sus principales raíces. Comprender esto y asumirlo sin dudas sería la clave para comenzar a pensar de la manera correcta, los cambios necesarios para detener la catástrofe que se avecina.
El día sin compras es una interesante propuesta a la que adherimos y apoyamos, teniendo como el objetivo final y mas importante, convertirnos en consumidores concientes y responsables los 365 días del año.
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