sábado, 24 de abril de 2010

UN MENSAJE...

Adolfo Hitler
Adolfo Hitler



Ulises Ruiz Ortiz
Ulises Ruiz Ortiz

El oficialismo priista ha desatado una guerra sucia contra los que no se inclinen hacia el partido tricolor. Todo es al puro estilo de Hitler.

Correos a teléfonos celulares, mensajes por internet, llamadas telefónicas. Todo esto tiene un objetivo común: sembrar el miedo y el terror entre la sociedad oaxaqueña. La guerra sucia ha sido desatada por el gobierno-PRI. Desde las altas esferas gubernamentales, han dado la orden de dividir a Oaxaca en buenos y malos. Hoy estamos en manos de un gobierno maniqueo.

Lo curioso es el hecho de que las personas que ordenan, promueven y realizan estas acciones, son las esposas de ciertos funcionarios de primero, segundo y tercer nivel del gobierno estatal, especialmente de la Secretaría de Obras Públicas (Armando González Bernabé), de los constructores de escuelas (Chucho Bolas), Caminos y Aeropistas de Oaxaca (Ambrosio Vázquez Arango) y de la dependencia hasta hace poco conocida como Instituto de la Vivienda Oaxaca (David Mayrén Carrasco).

Estas acciones nos han hecho recordar a la Alemania nazi que gobernó Adolfo Hitler, quien tuvo como operador de la propaganda del Tercer Reich a Joseph Goebbels.

Vamos a la historia:
Mediante la propaganda, Goebbels divinizó a Hitler, promovió el odio a lo extranjero, al comunismo y al judaísmo. Como ministro de Propaganda, controló la literatura, la prensa, el teatro, la radio, las bellas artes y el cine. Es en el aspecto cinematográfico donde conoce a Leni Riefenstahlý, presentada por Rudolf Hess y aprobada por el Führer, para realizar documentales propagan-dísticos del nazismo.

Cuando Goebbels fue encargado de la propaganda nazi, antes de que su partido accediera al gobierno alemán, organizó manifestaciones y quema de libros, incluso fue supuestamente uno de los presuntos principales autores del incendio del Reichstag.

El trabajo prioritario para este propagandista nazi, consistió en controlar todos los medios, la radio, televisión, cine, literatura, etc. Asimismo impedía que saliera a luz la información del exterior. Ensalzaba muchos sentimientos de “orgullo”, promovió odios y convenció a las masas de cosas muy alejadas de la realidad.

Como ministro de Propaganda, las artes y las letras de la Alemania nazi Goebbels controló todo, el cine, el teatro y la prensa. Una noche, los berlineses vieron una gran manifestación de antorchas llevadas por estudiantes hasta la plaza de la Universidad y allí hicieron una hoguera con unos veinte mil volúmenes. Goebbels fue un azote para la cultura alemana. Con aquel incendio entendía que se alumbraba el final de una era y el comienzo de otra.

Así, los escritores judíos se redujeron al silencio o se fueron de Alemania. Fue el caso de Thomas Mann, de Jacob Wassermann, de Stephan Zweig, de Rathenau, de Albert Einstein y de tantos otros que en gran parte viajaron a los Estados Unidos. Y también fue el caso de escritores pacifistas como Eric María Remarque o de extranjeros como Jack London, H. G. Wells, Freud, Gide, Proust y Zola, entre otros.

Lo que hemos visto y atestiguado, es apenas el inicio de la Gran Guerra Sucia que desatarán desde el Partido Revolucionario Institucional, PRI, para no ceder el gobierno.

fuente- el correo de oaxaca

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