El dirigente norcoreano Kim Jong Il (al centro) posa con científicos y técnicos que participaron en el lanzamiento de un satélite de comunicaciones">Foto Ap
Dpa, Afp y Reuters
Seúl, 5 de abril. Corea del Norte puso en órbita “con éxito” un satélite experimental de telecomunicaciones denominado Kwangmyongsong (luz clara), mediante un cohete tipo Unha-2, que fue lanzado al espacio en presencia del dirigente norcoreano Kim Jong-Il, informó hoy la agencia oficial de noticias KCNA.
La operación de lanzamiento provocó de inmediato las protestas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, que aseguran que Pyongyang probó tecnología militar y violó la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 2006, que prohibió a Corea del Norte la adquisición de materiales para la fabricación de armas de destrucción masiva, tras haber hecho pruebas con misiles de largo alcance Taepodong-2, el 5 de julio de ese año.
A petición del gobierno de Japón, el Consejo de Seguridad de la ONU fue convocado de urgencia para analizar este mismo domingo posibles respuestas a la acción de Corea del Norte, pero después de unas dos horas de debate, los 15 miembros del órgano ejecutivo de Naciones Unidas cerraron la sesión sin llegar a más acuerdos que “continuar las consultas sobre la reacción apropiada”, según informó el embajador mexicano ante el organismo mundial, Claude Heller, que ostenta este mes la presidencia rotativa de ese mecanismo.
Fuentes diplomáticas que pidieron el anonimato dijeron que China y Rusia no se sumaron a la condena a Corea del Norte en la sesión del Consejo y reiteraron la posición de sus gobiernos de llamar a la calma a las partes involucradas.
Pyongyang anunció el mes pasado que entre el 4 y el 8 de abril pondría en órbita su satélite experimental de telecomunicaciones, pero Washington, Seúl y Tokio dijeron ese plan ocultaba la intención de probar nuevamente el Taepodong-2, después de que la prensa de Corea del Sur informó que fuentes gubernamentales de ese país tuvieron acceso a fotografías satelitales de Estados Unidos en las que se observaban plataformas de lanzamiento del misil.
Tras el lanzamiento del cohete desprendible en fragmentos, el gobierno japonés confirmó que el artefacto voló sobre la isla y señaló que la primera pieza de propulsión parece haber caído en el mar de Japón, a unos 280 kilómetros de la costa norte de este país asiático. La segunda parte se desprendió a unos mil 270 kilómetros del archipiélago.
Más tarde, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur informó que la tercera pieza desprendible del cohete cayó al mar y precisó que “ningún objeto entró en órbita”, lo que contradijo la versión norcoreana en el sentido de que el cohete comenzó a girar correctamente en torno a la Tierra, “conforme a los proyectos nacionales en materia de desarrollo espacial”.
Poco antes, el Comando de Defensa Aeroespacial estadunidense informó que la pieza que contenía la carga útil se desplomó en el océano Pacífico.
En Praga, donde asistió a una reunión con los líderes de la Unión Europea, el presidente estadunidense, Barack Obama, dijo que el lanzamiento fue un “acto de provocación” y sostuvo que “Corea del Norte ha ignorado sus obligaciones internacionales, rechazó los llamados inequívocos a la moderación y se aisló aún más de la comunidad de naciones”.
Dpa, Afp y Reuters
Seúl, 5 de abril. Corea del Norte puso en órbita “con éxito” un satélite experimental de telecomunicaciones denominado Kwangmyongsong (luz clara), mediante un cohete tipo Unha-2, que fue lanzado al espacio en presencia del dirigente norcoreano Kim Jong-Il, informó hoy la agencia oficial de noticias KCNA.
La operación de lanzamiento provocó de inmediato las protestas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, que aseguran que Pyongyang probó tecnología militar y violó la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 2006, que prohibió a Corea del Norte la adquisición de materiales para la fabricación de armas de destrucción masiva, tras haber hecho pruebas con misiles de largo alcance Taepodong-2, el 5 de julio de ese año.
A petición del gobierno de Japón, el Consejo de Seguridad de la ONU fue convocado de urgencia para analizar este mismo domingo posibles respuestas a la acción de Corea del Norte, pero después de unas dos horas de debate, los 15 miembros del órgano ejecutivo de Naciones Unidas cerraron la sesión sin llegar a más acuerdos que “continuar las consultas sobre la reacción apropiada”, según informó el embajador mexicano ante el organismo mundial, Claude Heller, que ostenta este mes la presidencia rotativa de ese mecanismo.
Fuentes diplomáticas que pidieron el anonimato dijeron que China y Rusia no se sumaron a la condena a Corea del Norte en la sesión del Consejo y reiteraron la posición de sus gobiernos de llamar a la calma a las partes involucradas.
Pyongyang anunció el mes pasado que entre el 4 y el 8 de abril pondría en órbita su satélite experimental de telecomunicaciones, pero Washington, Seúl y Tokio dijeron ese plan ocultaba la intención de probar nuevamente el Taepodong-2, después de que la prensa de Corea del Sur informó que fuentes gubernamentales de ese país tuvieron acceso a fotografías satelitales de Estados Unidos en las que se observaban plataformas de lanzamiento del misil.
Tras el lanzamiento del cohete desprendible en fragmentos, el gobierno japonés confirmó que el artefacto voló sobre la isla y señaló que la primera pieza de propulsión parece haber caído en el mar de Japón, a unos 280 kilómetros de la costa norte de este país asiático. La segunda parte se desprendió a unos mil 270 kilómetros del archipiélago.
Más tarde, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur informó que la tercera pieza desprendible del cohete cayó al mar y precisó que “ningún objeto entró en órbita”, lo que contradijo la versión norcoreana en el sentido de que el cohete comenzó a girar correctamente en torno a la Tierra, “conforme a los proyectos nacionales en materia de desarrollo espacial”.
Poco antes, el Comando de Defensa Aeroespacial estadunidense informó que la pieza que contenía la carga útil se desplomó en el océano Pacífico.
En Praga, donde asistió a una reunión con los líderes de la Unión Europea, el presidente estadunidense, Barack Obama, dijo que el lanzamiento fue un “acto de provocación” y sostuvo que “Corea del Norte ha ignorado sus obligaciones internacionales, rechazó los llamados inequívocos a la moderación y se aisló aún más de la comunidad de naciones”.
fuente- la jornada
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