Pedro Brenes
Hoy veintidós de Abril se cumple el 139 aniversario del nacimiento del revolucionario ruso y gran teórico del marxismo Vladimir Ilich Ulianov, conocido universalmente por Lenin, seudónimo que adoptó en sus años de lucha contra la policía política zarista. Hombre de extraordinaria inteligencia, indomable voluntad y gran capacidad de trabajo, dedicó su vida al estudio del marxismo y a la causa de la revolución socialista mundial.
Entre sus muchas aportaciones a la teoría y la práctica revolucionarias, quizá debamos destacar, en primer lugar, su defensa de las ideas del marxismo frente a los que pretendían revisarlas y corregirlas embotando su filo revolucionario hasta hacerlas aceptables por la burguesía, pues nunca han faltado individuos que intenten “convertir a Marx en un adocenado burgués”, y fundamentalmente las concepciones marxistas sobre el Estado como instrumento de dominación de una clase social sobre el conjunto de la sociedad.
Posiblemente sea éste el aspecto de la teoría marxista más inaceptable por la burguesía capitalista y, por consiguiente, el más atacado y combatido por sus intelectuales y propagandistas. Lenin, en una larga lucha ideológica, rescató las ideas marxistas sobre el Estado, la democracia y la dictadura, y demostró el carácter de clase del Estado explicando que la democracia burguesa no es más que la forma y la manifestación de la esencia del Estado burgués como dictadura de la clase de los capitalistas.
Y de la misma manera, el Estado socialista, cualquiera que sea la forma en que se presente, posee, en esencia, el carácter de dictadura de una clase social: la dictadura del proletariado, que ejerce el Poder de su Estado para combatir la reacción burguesa y asegurar la hegemonía política y el dominio económico de los trabajadores.
Lenin teorizó y aclaró, frente a los revisionistas de la obra de Marx, que la dictadura del proletariado es lo principal en la doctrina del marxismo. Y que los obreros necesitan esa dictadura para aplastar la resistencia de las clases explotadoras, llevar tras de sí al conjunto de los trabajadores y crear una sociedad nueva, la sociedad socialista. Y para cumplir esta misión histórica el proletariado debe tener su propio partido revolucionario el cual, guiándose por la teoría científica, señale acertadamente a la clase obrera el objetivo a conseguir y se ponga al frente de su lucha por el socialismo.
Podemos destacar también la larga polémica de Lenin contra los que, al criticar su espíritu internacionalista y su defensa de la libertad y del derecho a la autodeterminación de todos los pueblos sojuzgados y sometidos por el imperialismo, le acusaban de indiferencia hacia los intereses de su patria y de carencia de patriotismo.
Lenin replicó adecuadamente a los difamadores y explicó lo que significa ser un verdadero patriota. Escribió que a los comunistas y a los obreros conscientes no les es ajeno el amor a la patria, que aman a su pueblo y luchan por su instrucción y emancipación del yugo social y nacional. Señaló que el Partido Bolchevique servía abnegadamente a los intereses de la patria, que los intereses nacionales de los obreros de Rusia coincidían con los intereses socialistas del proletariado mundial.
Se sentía orgulloso del gran pueblo ruso, que había dado brillantes ejemplos de heroísmo, valor y firmeza en la lucha por la independencia de la patria, por la libertad y el socialismo, y enriquecido a la humanidad con grandiosas realizaciones en la ciencia y la cultura.
Pero quizá la mayor enseñanza que nos legó el genial Lenin sea la de que los comunistas estamos obligados, por encima de todo, a estudiar profundamente la teoría marxista para, a partir de ella, elaborar la teoría de la propia revolución y hacer la debida aportación al proceso revolucionario mundial. Pues el marxismo es una doctrina viva y en constante desarrollo.
“Nosotros no consideramos en absoluto -escribió en uno de sus trabajos redactados en el destierro- la teoría de Marx como algo acabado e intangible, estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares de la ciencia que los socialistas deben impulsar en todos los sentidos, siempre que no quieran quedar rezagados de la vida.”
Biografía de Vladimir Ilich Ulianov (Lenin)
(*) Pedro Brenes es Secretario General del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
Hoy veintidós de Abril se cumple el 139 aniversario del nacimiento del revolucionario ruso y gran teórico del marxismo Vladimir Ilich Ulianov, conocido universalmente por Lenin, seudónimo que adoptó en sus años de lucha contra la policía política zarista. Hombre de extraordinaria inteligencia, indomable voluntad y gran capacidad de trabajo, dedicó su vida al estudio del marxismo y a la causa de la revolución socialista mundial.
Entre sus muchas aportaciones a la teoría y la práctica revolucionarias, quizá debamos destacar, en primer lugar, su defensa de las ideas del marxismo frente a los que pretendían revisarlas y corregirlas embotando su filo revolucionario hasta hacerlas aceptables por la burguesía, pues nunca han faltado individuos que intenten “convertir a Marx en un adocenado burgués”, y fundamentalmente las concepciones marxistas sobre el Estado como instrumento de dominación de una clase social sobre el conjunto de la sociedad.
Posiblemente sea éste el aspecto de la teoría marxista más inaceptable por la burguesía capitalista y, por consiguiente, el más atacado y combatido por sus intelectuales y propagandistas. Lenin, en una larga lucha ideológica, rescató las ideas marxistas sobre el Estado, la democracia y la dictadura, y demostró el carácter de clase del Estado explicando que la democracia burguesa no es más que la forma y la manifestación de la esencia del Estado burgués como dictadura de la clase de los capitalistas.
Y de la misma manera, el Estado socialista, cualquiera que sea la forma en que se presente, posee, en esencia, el carácter de dictadura de una clase social: la dictadura del proletariado, que ejerce el Poder de su Estado para combatir la reacción burguesa y asegurar la hegemonía política y el dominio económico de los trabajadores.
Lenin teorizó y aclaró, frente a los revisionistas de la obra de Marx, que la dictadura del proletariado es lo principal en la doctrina del marxismo. Y que los obreros necesitan esa dictadura para aplastar la resistencia de las clases explotadoras, llevar tras de sí al conjunto de los trabajadores y crear una sociedad nueva, la sociedad socialista. Y para cumplir esta misión histórica el proletariado debe tener su propio partido revolucionario el cual, guiándose por la teoría científica, señale acertadamente a la clase obrera el objetivo a conseguir y se ponga al frente de su lucha por el socialismo.
Podemos destacar también la larga polémica de Lenin contra los que, al criticar su espíritu internacionalista y su defensa de la libertad y del derecho a la autodeterminación de todos los pueblos sojuzgados y sometidos por el imperialismo, le acusaban de indiferencia hacia los intereses de su patria y de carencia de patriotismo.
Lenin replicó adecuadamente a los difamadores y explicó lo que significa ser un verdadero patriota. Escribió que a los comunistas y a los obreros conscientes no les es ajeno el amor a la patria, que aman a su pueblo y luchan por su instrucción y emancipación del yugo social y nacional. Señaló que el Partido Bolchevique servía abnegadamente a los intereses de la patria, que los intereses nacionales de los obreros de Rusia coincidían con los intereses socialistas del proletariado mundial.
Se sentía orgulloso del gran pueblo ruso, que había dado brillantes ejemplos de heroísmo, valor y firmeza en la lucha por la independencia de la patria, por la libertad y el socialismo, y enriquecido a la humanidad con grandiosas realizaciones en la ciencia y la cultura.
Pero quizá la mayor enseñanza que nos legó el genial Lenin sea la de que los comunistas estamos obligados, por encima de todo, a estudiar profundamente la teoría marxista para, a partir de ella, elaborar la teoría de la propia revolución y hacer la debida aportación al proceso revolucionario mundial. Pues el marxismo es una doctrina viva y en constante desarrollo.
“Nosotros no consideramos en absoluto -escribió en uno de sus trabajos redactados en el destierro- la teoría de Marx como algo acabado e intangible, estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares de la ciencia que los socialistas deben impulsar en todos los sentidos, siempre que no quieran quedar rezagados de la vida.”
Biografía de Vladimir Ilich Ulianov (Lenin)
(*) Pedro Brenes es Secretario General del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
fuente- Kaos en la red
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