GUILLERMO D. OLMO MADRID
Actualizado Miércoles, 01-04-09 a las 16:44
La contienda fratricida que arrasó España durante tres años truncó los sueños de toda una generación. Los historiadores debaten todavía cuántos cientos de miles de españoles perdieron la vida en ella.
Madrid se convirtió en símbolo de la resistencia republicana. La población civil de la capital padeció de modo atroz la escasez y los bombardeos. Finalmente, del «No pasarán» o «Madrid será la tumba del fascismo» se pasó al desfile triunfal de las fuerzas rebeldes por la Castellana.
Lo peor de la Guerra estuvo en las retaguardias, donde los odios enquistados y las viejas rencillas encontraron en la contienda la excusa perfecta para encontrar una resolución violenta. Los famosos paseos se convirtieron en habituales y sembrarían de rencor muchas comunidades rurales.
La villa vasca de Guernica se convirtió a su pesar en símbolo del sufrimiento del pueblo español durante la guerra, tal y como supo inmortalizar el incisivo pincel de Picasso. El bombardeo masivo que la aviación de Hitler lanzó sobre la población adelantó además algunas de las despiadadas técnicas bélicas que se generalizarían durante la Segunda Guerra Mundial.
En los primeros compases de la guerra, cuando las autoridades republicanas temían que Madrid cayera en manos del enemigo, centenares de presos de la cárcel Modelo de los que se sospechaba que podrían colaborar con los sublevados fueron trasladados a la localidad de Paracuellos de Jarama. Allí serían fusilados sin piedad. Una indignidad más para una guerra nefanda.
España, desangradaDistintas potencias internacionales participaron en mayor o menor medida en la guerra que desangró España. Los regímenes fascistas que empezaban a sacudir el equilibrio internacional apoyaron decididamente la rebelión contra la república y prestaron incluso soporte bélico. La república contó con el apoyo de Moscú y de voluntarios que llegados de todas partes del mundo engrosaron las Brigadas Internacionales, pero la no intervención decidida por Londres y París resultó definitiva.
En 1938, las fuerzas republicanas lanzan una ofensiva en el frente de Aragón para tratar de equilibrar un teatro de operaciones cada vez más desfavorable. Se entablará la Batalla del Ebro, una de las más cruentas de la guerra, que acabará dando la victoria definitiva a las huestes de Franco.
La derrota republicana motivó la salida del país de miles de españoles que hubieron de exiliarse huyendo de la represión de los vencedores. España había quedado partida en dos. Las heridas de la guerra tardarían décadas en cicatrizar.
Hoy se cumplen 70 años del fin de la Guerra Civil Española. El 1 de abril de 1939 el Estado Mayor del Ejército sublevado difunde el comunicado que da por terminada la Guerra Civil. Pocos días antes, las tropas de Franco han entrado en Madrid. En medio de crecientes disputas internas, la resistencia republicana en Aragón y Levante se desvanece y el Gobierno de Negrín emprende el camino del exilio. La Segunda República ya es historia.
fuente-ABC.es
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