Cuando uno habla con Roberto Micheletti, el gobernante interino de Honduras, dos cosas quedan claras: una, que para él no fue un golpe de estado el que lo puso en el poder el pasado 28 de junio y, dos, que no va a permitir el regreso de Manuel Zelaya como presidente. Todo lo demás es negociable. Pero esas dos cosas no.
Sin amnistía
“No, en nuestro país no aceptamos amnistía de ninguna naturaleza”, me contestó Micheletti en una entrevista vía satélite desde Tegucigalpa, luego de preguntarle si consideraría otorgarle inmunidad legal a Zelaya y permitirle, así, su regreso a Honduras. “No creo que haya una justificación para ello”.El mensaje de Micheletti es claro: si regresa Zelaya, se va a la cárcel, no a la presidencia. Zelaya está acusado de violar la constitución al tratar de realizar un referendo y buscar, supuestamente, la reelección. Zelaya ha negado todos los cargos.Ningún país del mundo ha reconocido al gobierno de Micheletti. Ninguno. Pero él insiste en que no se trató de un golpe. “A mí no me impuso el ejercito ni me impuso nadie”, me explicó. “Simple y sencillamente, nuestra constitución permite la sucesión, como sucedió”.Micheletti, estaba claro, no iba a ceder en ninguno de estos dos argumentos. Así que pasé a las críticas al nuevo régimen.La Comisión Interamericana de Derechos Humanos acaba de reportar que la policía y el ejército de Honduras han detenido arbitrariamente a más de 3,500 personas. Además, hay denuncias de censura de prensa, de ataques a opositores y de un ambiente de intimidación.“Es falso lo que ellos están diciendo”, dijo Micheletti sobre el reporte de abusos. “Ellos simple y sencillamente escucharon lo que ellos quisieron escuchar”.Las acusaciones más serias son de violaciones sexuales por parte de la policía. El grupo Feministas de Honduras en Resistencia ha documentado 19 casos de violaciones por parte de la policía desde el derrocamiento de Zelaya, según reporta la agencia EFE.Y escuché una entrevista atribuida a Radio Progreso en que una madre de 25 años cuenta como fue detenida durante un marcha opositora a Micheletti y luego violada brutalmente por cuatro policías.
Sin amnistía
“No, en nuestro país no aceptamos amnistía de ninguna naturaleza”, me contestó Micheletti en una entrevista vía satélite desde Tegucigalpa, luego de preguntarle si consideraría otorgarle inmunidad legal a Zelaya y permitirle, así, su regreso a Honduras. “No creo que haya una justificación para ello”.El mensaje de Micheletti es claro: si regresa Zelaya, se va a la cárcel, no a la presidencia. Zelaya está acusado de violar la constitución al tratar de realizar un referendo y buscar, supuestamente, la reelección. Zelaya ha negado todos los cargos.Ningún país del mundo ha reconocido al gobierno de Micheletti. Ninguno. Pero él insiste en que no se trató de un golpe. “A mí no me impuso el ejercito ni me impuso nadie”, me explicó. “Simple y sencillamente, nuestra constitución permite la sucesión, como sucedió”.Micheletti, estaba claro, no iba a ceder en ninguno de estos dos argumentos. Así que pasé a las críticas al nuevo régimen.La Comisión Interamericana de Derechos Humanos acaba de reportar que la policía y el ejército de Honduras han detenido arbitrariamente a más de 3,500 personas. Además, hay denuncias de censura de prensa, de ataques a opositores y de un ambiente de intimidación.“Es falso lo que ellos están diciendo”, dijo Micheletti sobre el reporte de abusos. “Ellos simple y sencillamente escucharon lo que ellos quisieron escuchar”.Las acusaciones más serias son de violaciones sexuales por parte de la policía. El grupo Feministas de Honduras en Resistencia ha documentado 19 casos de violaciones por parte de la policía desde el derrocamiento de Zelaya, según reporta la agencia EFE.Y escuché una entrevista atribuida a Radio Progreso en que una madre de 25 años cuenta como fue detenida durante un marcha opositora a Micheletti y luego violada brutalmente por cuatro policías.
fuente- Univision
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