JORGE CARRASCO ARAIZAGA
La historia no ha absuelto a Luis Echeverría y, sin duda, no lo absolverá. En cambio, el expresidente ya cuenta con la exoneración de las autoridades judiciales que han creado para él, según lo dijo el fiscal Ignacio Carrillo Prieto, un "nicho de impunidad" al liberarlo de toda responsabilidad en la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968. En ello coincide la subdirectora de Amnistía Internacional para las Américas, Kerrie Howard, quien critica al Estado mexicano porque, arguye, no sólo incumple sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, sino que garantiza la impunidad de aquellos que los violan. Exonerado la semana pasada por la justicia mexicana, el expresidente Luis Echeverría Álvarez quedó juzgado para la historia apenas ocurrida la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968.El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, con sede en el Distrito Federal, ratificó el jueves 26 el argumento con el que la justicia federal llevó las acusaciones contra Echeverría: hubo genocidio aquella noche de Tlatelolco, pero él no fue responsable.El Colegiado confirmó el amparo obtenido por el exmandatario desde el 12 de julio de 2007, cuando el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano, como titular del Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal, aseguró que en las casi 59 mil fojas del expediente no encontró "ni una sola prueba" sobre su responsabilidad, pese a sostener que en la plaza de las Tres Culturas sí ocurrió ese delito de lesa humanidad y que éste aún no había prescrito.El criterio predominante en la justicia mexicana fue que no pudo procesar a ningún responsable de aquel hecho sangriento porque los acusados estaban muertos –empezando por el expresidente Gustavo Díaz Ordaz– o la acción penal había prescrito. Más aún, que Echeverría, ahora de 87 años y en ese entonces secretario de Gobernación, "no tuvo nada que ver" en la masacre.Con esta determinación no sólo concluye la prisión domiciliaria a la que Echeverría estuvo sometido desde el 28 de noviembre de 2006, por su probable responsabilidad en esos hechos, sino que prácticamente se terminan las acciones judiciales en su contra.En junio de 2005, la justicia federal también exoneró al exmandatario en definitiva de la matanza estudiantil del 10 de junio de 1971, perpetrada en San Cosme por el grupo paramilitar Los Halcones cuando él era presidente.Con el juicio de la historia a cuestas –ante la que Echeverría pasó como responsable de ambas masacres–, la ratificación del amparo fue criticada por la oficina de Amnistía Internacional (AI) en México, que hizo ver al gobierno de Felipe Calderón que la impunidad por los delitos del pasado se agrava con el clima de violencia e inseguridad que prevalece en el país.Este es un extracto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1691 que empezó a circular este domingo 29 de marzo.
La historia no ha absuelto a Luis Echeverría y, sin duda, no lo absolverá. En cambio, el expresidente ya cuenta con la exoneración de las autoridades judiciales que han creado para él, según lo dijo el fiscal Ignacio Carrillo Prieto, un "nicho de impunidad" al liberarlo de toda responsabilidad en la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968. En ello coincide la subdirectora de Amnistía Internacional para las Américas, Kerrie Howard, quien critica al Estado mexicano porque, arguye, no sólo incumple sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, sino que garantiza la impunidad de aquellos que los violan. Exonerado la semana pasada por la justicia mexicana, el expresidente Luis Echeverría Álvarez quedó juzgado para la historia apenas ocurrida la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968.El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, con sede en el Distrito Federal, ratificó el jueves 26 el argumento con el que la justicia federal llevó las acusaciones contra Echeverría: hubo genocidio aquella noche de Tlatelolco, pero él no fue responsable.El Colegiado confirmó el amparo obtenido por el exmandatario desde el 12 de julio de 2007, cuando el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano, como titular del Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal, aseguró que en las casi 59 mil fojas del expediente no encontró "ni una sola prueba" sobre su responsabilidad, pese a sostener que en la plaza de las Tres Culturas sí ocurrió ese delito de lesa humanidad y que éste aún no había prescrito.El criterio predominante en la justicia mexicana fue que no pudo procesar a ningún responsable de aquel hecho sangriento porque los acusados estaban muertos –empezando por el expresidente Gustavo Díaz Ordaz– o la acción penal había prescrito. Más aún, que Echeverría, ahora de 87 años y en ese entonces secretario de Gobernación, "no tuvo nada que ver" en la masacre.Con esta determinación no sólo concluye la prisión domiciliaria a la que Echeverría estuvo sometido desde el 28 de noviembre de 2006, por su probable responsabilidad en esos hechos, sino que prácticamente se terminan las acciones judiciales en su contra.En junio de 2005, la justicia federal también exoneró al exmandatario en definitiva de la matanza estudiantil del 10 de junio de 1971, perpetrada en San Cosme por el grupo paramilitar Los Halcones cuando él era presidente.Con el juicio de la historia a cuestas –ante la que Echeverría pasó como responsable de ambas masacres–, la ratificación del amparo fue criticada por la oficina de Amnistía Internacional (AI) en México, que hizo ver al gobierno de Felipe Calderón que la impunidad por los delitos del pasado se agrava con el clima de violencia e inseguridad que prevalece en el país.Este es un extracto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1691 que empezó a circular este domingo 29 de marzo.
fuente- proceso
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