Seúl, 11 nov (PL) La Cumbre del G-20 se convirtió hoy en un verdadero dolor de cabeza para el presidente estadounidense, Barack Obama, sobre todo por las duras críticas a la política monetaria de ese país.
En tal sentido, funcionarios chinos presentes en la reunión de los países más industrializados y emergentes se manifestaron contra la segunda inyección monetaria anunciada recientemente por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
Señalaron que los 600 mil millones de dólares emitidos afectarán la recuperación global, pues los flujos de capital crearán burbujas especulativas y fluctuaciones en los tipos de cambio de las divisas.
También indicaron que el exceso de liquidez incrementará la vulnerabilidad de los mercados, principalmente de las naciones emergentes.
Igualmente Brasil y la Unión Europea (UE) criticaron las políticas monetarias de la llamada primera potencia del orbe que pretende abaratar el dólar y fortalecer sus exportaciones.
El plan de la FED imprime más dinero a la economía, inunda el sistema financiero con billetes verdes y debilita al dólar frente a otras divisas, lo cual abarata los productos estadounidenses en el mercado mundial y los hace más atractivos.
Otro de los polémicos temas evaluados es el desequilibrio en la balanza por cuenta corriente entre países como China y Alemania, superavitarios, y Estados Unidos, con déficit.
Al respecto, Washington es partidario de fijar un límite equivalente al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al déficit o superávit de las naciones, propuesta muy rechazada.
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, manifestó su oposición al señalar las diferencias entre las estructuras de crecimiento.
Por su parte, Alemania atribuyó el superávit de su cuenta corriente a una mayor competitividad empresarial y no al manejo artificial de su divisa.
Hasta mañana se efectuará la reunión del G-20, la cual mantiene el pesimismo entre varios especialistas, a pesar de que los temas debatidos son cruciales para la economía mundial.
En tal sentido, funcionarios chinos presentes en la reunión de los países más industrializados y emergentes se manifestaron contra la segunda inyección monetaria anunciada recientemente por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
Señalaron que los 600 mil millones de dólares emitidos afectarán la recuperación global, pues los flujos de capital crearán burbujas especulativas y fluctuaciones en los tipos de cambio de las divisas.
También indicaron que el exceso de liquidez incrementará la vulnerabilidad de los mercados, principalmente de las naciones emergentes.
Igualmente Brasil y la Unión Europea (UE) criticaron las políticas monetarias de la llamada primera potencia del orbe que pretende abaratar el dólar y fortalecer sus exportaciones.
El plan de la FED imprime más dinero a la economía, inunda el sistema financiero con billetes verdes y debilita al dólar frente a otras divisas, lo cual abarata los productos estadounidenses en el mercado mundial y los hace más atractivos.
Otro de los polémicos temas evaluados es el desequilibrio en la balanza por cuenta corriente entre países como China y Alemania, superavitarios, y Estados Unidos, con déficit.
Al respecto, Washington es partidario de fijar un límite equivalente al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al déficit o superávit de las naciones, propuesta muy rechazada.
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, manifestó su oposición al señalar las diferencias entre las estructuras de crecimiento.
Por su parte, Alemania atribuyó el superávit de su cuenta corriente a una mayor competitividad empresarial y no al manejo artificial de su divisa.
Hasta mañana se efectuará la reunión del G-20, la cual mantiene el pesimismo entre varios especialistas, a pesar de que los temas debatidos son cruciales para la economía mundial.
fuente- prensa latina.cu
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