Sin que el fomento del desarrollo en los países pobres figure entre los principales temas a discutir, este jueves inicia en Corea del Sur la cumbre del grupo de 20 países con las principales economías del mundo (G-20), cuyas deliberaciones se prevén que estén centradas en la situación del comercio global.
La mayoría de los jefes de Estado de las naciones que integran este grupo, lanzado en 2008 en Washington en el apogeo de la crisis financiera mundial, tratarán de asumir compromisos para corregir los desequilibrios cambiarios que distorsionan el libre comercio.
Esto, pese a que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, instó a los líderes de las 20 principales economías del mundo a tratar cuestiones relacionadas con el desarrollo en esta cumbre.
En una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles en Seúl, Ban consideró que "debemos mantener nuestra promesa de lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)", en referencia al conjunto de metas para el desarrollo que estableció la ONU en el año 2000 de cara a cumplirlas en 2015, entre las que destacan erradicar la pobreza extrema, promover la igualdad de género y asegurar la sostenibilidad medioambiental.
Se espera que los debates de esta reunión estén marcados por la diferencias entre China y Estados Unidos, marcado por el choque de posiciones, principalmente entre China y Estados Unidos, países que adelantan iniciativas para capitalizar sus sistemas financieros y desarrollan políticas monetarias que persiguen, cada una por su lado, favorecer las exportaciones.
Sobre este tema, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este jueves en Seúl, la capital surcoreana, la decisión de la Reserva Federal de su país de inyectar liquidez en el sistema y aseguró que "de manera prudente y estable queremos alentar el crecimiento en la economía nacional".
"La mejor contribución al crecimiento global que Estados Unidos puede hacer es una economía sólida. Seguimos siendo el mayor mercado del mundo y un inmenso motor de crecimiento", declaró Obama en una rueda de presidente surcoreano, Lee Myung Bak, tras una reunión bilateral y un almuerzo de trabajo.
En Seúl, Estados Unidos además retomará su propuesta de hacer converger en el seno del grupo tanto los superávits como los déficits comerciales a 4 por ciento del Producto Interno Bruto de cada país, una alternativa a la que se oponen de forma férrea países con amplios excedentes comerciales como China, Alemania y Japón.
Al respecto, la canciller alemana, Angela Merkel, consideró este jueves que colocar límites "políticos" a los superávits comerciales es injustificado como medida para corregir los desequilibrios económicos mundiales.
"Establecer límites políticos a los superávits y déficits comerciales no es económicamente justificable, ni políticamente apropiado", dijo Merkel en un discurso ante una cumbre de empresarios al margen del G-20, horas antes del inicio de la cita de alto nivel.
Latinoamérica aboga por la cooperación
Por Latinoamérica, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pidió este jueves en la capital surcoreana evitar una "guerra de competitividad" entre los países ricos y emergentes y subrayó la importancia de la cooperación internacional para apuntalar la salida de la crisis.
"Tirarse las monedas por la cabeza no lleva a ningún resultado", aseguró Fernández, en relación a la preocupación existente por las maniobras de algunas países para devaluar sus divisas para aumentar su competitividad.
La mandataria hizo estas declaraciones en una mesa redonda sobre finanzas, celebrada pocas horas antes del inicio de la cumbre.
En su intervención ante medio centenar de empresarios, Fernández apuntó a que la situación actual de la economía responde a una crisis estructural, en la que "el capital se colocó más en escala financiera que en escala productiva".
Insistió en que las causas de la situación actual son varias y citó, entre otras, la aparición de nuevos actores o la modificación de los términos de intercambio comercial.
"Sería absurdo localizarla solamente en el sector financiero, pese a que en un primer momento todos tuvimos la tendencia de colocarlo en el banquillo de los acusado", dijo.
La mandataria abogó por elaborar nuevas directrices "muy claras" que, entre otras cosas, eviten la que se denomina guerra de competitividad.
La mayoría de los jefes de Estado de las naciones que integran este grupo, lanzado en 2008 en Washington en el apogeo de la crisis financiera mundial, tratarán de asumir compromisos para corregir los desequilibrios cambiarios que distorsionan el libre comercio.
Esto, pese a que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, instó a los líderes de las 20 principales economías del mundo a tratar cuestiones relacionadas con el desarrollo en esta cumbre.
En una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles en Seúl, Ban consideró que "debemos mantener nuestra promesa de lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)", en referencia al conjunto de metas para el desarrollo que estableció la ONU en el año 2000 de cara a cumplirlas en 2015, entre las que destacan erradicar la pobreza extrema, promover la igualdad de género y asegurar la sostenibilidad medioambiental.
Se espera que los debates de esta reunión estén marcados por la diferencias entre China y Estados Unidos, marcado por el choque de posiciones, principalmente entre China y Estados Unidos, países que adelantan iniciativas para capitalizar sus sistemas financieros y desarrollan políticas monetarias que persiguen, cada una por su lado, favorecer las exportaciones.
Sobre este tema, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió este jueves en Seúl, la capital surcoreana, la decisión de la Reserva Federal de su país de inyectar liquidez en el sistema y aseguró que "de manera prudente y estable queremos alentar el crecimiento en la economía nacional".
"La mejor contribución al crecimiento global que Estados Unidos puede hacer es una economía sólida. Seguimos siendo el mayor mercado del mundo y un inmenso motor de crecimiento", declaró Obama en una rueda de presidente surcoreano, Lee Myung Bak, tras una reunión bilateral y un almuerzo de trabajo.
En Seúl, Estados Unidos además retomará su propuesta de hacer converger en el seno del grupo tanto los superávits como los déficits comerciales a 4 por ciento del Producto Interno Bruto de cada país, una alternativa a la que se oponen de forma férrea países con amplios excedentes comerciales como China, Alemania y Japón.
Al respecto, la canciller alemana, Angela Merkel, consideró este jueves que colocar límites "políticos" a los superávits comerciales es injustificado como medida para corregir los desequilibrios económicos mundiales.
"Establecer límites políticos a los superávits y déficits comerciales no es económicamente justificable, ni políticamente apropiado", dijo Merkel en un discurso ante una cumbre de empresarios al margen del G-20, horas antes del inicio de la cita de alto nivel.
Latinoamérica aboga por la cooperación
Por Latinoamérica, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, pidió este jueves en la capital surcoreana evitar una "guerra de competitividad" entre los países ricos y emergentes y subrayó la importancia de la cooperación internacional para apuntalar la salida de la crisis.
"Tirarse las monedas por la cabeza no lleva a ningún resultado", aseguró Fernández, en relación a la preocupación existente por las maniobras de algunas países para devaluar sus divisas para aumentar su competitividad.
La mandataria hizo estas declaraciones en una mesa redonda sobre finanzas, celebrada pocas horas antes del inicio de la cumbre.
En su intervención ante medio centenar de empresarios, Fernández apuntó a que la situación actual de la economía responde a una crisis estructural, en la que "el capital se colocó más en escala financiera que en escala productiva".
Insistió en que las causas de la situación actual son varias y citó, entre otras, la aparición de nuevos actores o la modificación de los términos de intercambio comercial.
"Sería absurdo localizarla solamente en el sector financiero, pese a que en un primer momento todos tuvimos la tendencia de colocarlo en el banquillo de los acusado", dijo.
La mandataria abogó por elaborar nuevas directrices "muy claras" que, entre otras cosas, eviten la que se denomina guerra de competitividad.
fuente- telesurtv.net
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