Ulises Ruiz Ortiz
Más que frialdad, el cuestionamiento que hizo Ulises Ruiz respecto de la presencia de ciudadanos extranjeros en la caravana que se dirigía a San Juan Copala, evidencia un gran cinismo.
Todo indica que en ese mundo que se ha construido el todavía gobernador, él y sólo él decide quienes sí y quienes no están en condiciones de transitar por el estado. Desde esa afiebrada visión, cree que Oaxaca y sus comunidades le pertenecen y que al más viejo estilo feudal, tiene derecho divino para conceder el paso por sus mal atendidos y peor conservados caminos.
Que gobernador este que tiene Oaxaca. Sólo así se entiende esa pobre idea que tienen él, sus diputados, su gabinete y aliados, del estado, de los oaxaqueños y del ejercicio de gobier-no. Ya nada más falta que reclame para sí otras cosas, como hacían los señores feudales ingleses.
No extraña pues que legisladores del PAN y del PRD hayan exhortado al Ejecutivo Federal para que la Procuraduría General de la República atraiga el caso de los asesinatos de defensores de derechos humanos y activistas sociales, en San Juan Copala.
Además de solicitar que la Procu-raduría General de Justicia de Oaxaca coadyuve con las autoridades federales en el esclarecimiento de los hechos y la detención y aplicación de la justicia a los responsables.
No vaya usted a creer que esta petición se deba a que desconfían de Ulises, no, nada mas alejado de la realidad. Es sólo que el todavía gobernador anda ocu-pado haciendo campaña y no vaya a ser que le gane el tiempo.
Y es que los hechos ocurrieron hace ya dos semanas, el pasado 27 de abril para ser precisos. Entonces un grupo paramilitar atacó una caravana humani-taria conformada por periodistas, acti-vistas sociales y observadores interna-cionales que se dirigían al municipio autónomo de San Juan Copala, asesinando a dos personas.
“BRILLANTE”
DECLARACIÓN
Al día siguiente, el 28 de abril, a Ulises Ruiz se le ocurrió declarar no sobre la gravedad de los hechos, sino que se aventó la puntada de decirle a los medios de comunicación "que nada tenían que hacer los extranjeros en esta región".
Es decir, si estaban muertos era porque ellos mismos se lo habían buscado. Como le digo, está tan ocupado en otras cosas que se le olvidó que, como gobernador, él es responsable de lo que sucede en el Estado.
Vamos a ver si se le ocurre decir lo mismo de todo extranjero que ose cruzar el territorio libre y soberano de Oaxaca sin su consentimiento.
Lo que si dijo con una valentía que envidiaría el propio John Rambo, es que estaba determinado a investigar, a través de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la calidad migratoria con la que esas personas se encontraban en México.
Algo así como lo que sucede ahora en Arizona con nuestros connacionales, muchos de ellos paisanos oaxaqueños.
Que Alberta Cariño Trujillo y de Jyri Antero Jaakkola -originario de Finlandia-, observadores extranjeros, hayan sido asesinados en territorio oaxaqueño es lo de menos, lo importante es saber si no se trataba de infiltrados enviados por Osama Bin Laden o cualquier otro personaje vinculado con él que trataban de desestabilizar su gobierno, como si alguna vez haya sido estable.
Tampoco es relevante, al menos no para Ulises, que al momento de tan sensata declaración varias personas, entre ellas un belga y un italiano, seguían desaparecidas, por no mencionar a los periodistas privados de su libertad.
No falta quien, maliciosamente, le reste méritos a ese estadista que "gobierna" Oaxaca y asegure que "ese cinismo ha sido alimentado por la impunidad, la criminalización de la protesta social, la represión armada, y el asesinato han sido la marca del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz”.
Otros mas recuerdan que la Comisión Civil Internacional de los Derechos Humanos documentó en un informe 62 asesinatos por cuestiones políticas en Oaxaca entre junio de 2006 y abril de 2008 y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación responsabilizó al gobernante por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006.
Puritita mala fe.
fuente- el correo de oaxaca
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