La mano negra

Ulises Ruiz Ortiz

Infundir miedo y odio es la estrategia que despliega en Oaxaca el gobernador Ulises Ruiz para que el PRI y su candidato Eviel Pérez Magaña ganen la elección del próximo 4 de julio y él salve el pellejo. Echa mano con ese fin de grupos paramilitares que ha prohijado y de otras prácticas ilícitas como el espionaje telefónico a sus adversarios políticos.

Ese es el contexto en que la tarde del martes pasado fue emboscada una caravana por la paz que se dirigía al municipio triqui de San Juan Copala, en la región de la Mixteca. Las balas del comando armado segaron la vida de la mexicana Alberta Cariño Trujillo y del finlandés Tyri Antero Jaakkola, ambos integrantes de una iglesia cristiana con cuya representación participarían en un encuentro ecuménico. Viajaban con maestros oaxaqueños que iban a San Juan Copala a ejercer presión para la reanudación de clases, ya que desde hace cuatro años ese grupo armado no les permite ingresar a las aulas. En la emboscada desaparecieron cuatro personas más, dos de ellos periodistas de la revista Contralínea: la reportera Érika Ramírez y el fotógrafo David Cilia, quienes anoche fueron encon-trados refugiados en una casucha de la comunidad triqui, Cilia herido.

Quienes viven en esas aisladas regiones del país tienen la certeza de que el grupo agresor es el llamado Movimiento Unificado de Lucha Triqui, membrete que sugiere la defensa de una etnia pero que en realidad es un grupo paramilitar conformado por ex policías y dirigido por Heriberto Pasos Ortiz, cuñado de Rodolfo Morales Moreno, notario público favorito de Ulises Ruiz, y que actúa como esquirol de movimientos sociales opuestos a su gobierno.

A ese grupo armado —que ejerce el control territorial de San Juan Copala— se le atribuye el asesinato hace un año de Felícitas Martínez y Teresa Bautista, locutoras de la radio comunitaria La voz que rompe el silencio; y la desaparición hace casi tres años de las niñas triquis Daniela y Virginia Ortiz Ramírez. De ambos casos, el entonces procurador y hoy secretario de Gobierno Evencio Nicolás Martínez Ramírez ofreció castigar a los responsables, promesa que hasta la fecha no cumple.
Entre tanto el miércoles se supo que la PGR indaga casos de espionaje en Oaxaca a partir del descubrimiento a principios de este año de una casa ubicada en la capital del estado donde había sofisticado equipo de escucha telefónica de origen israelí.

Entre los espiados están Gabino Cué, candidato al gobierno de la alianza opositora; así como Carlos Moreno, presidente estatal del PAN; Amador Jara, del PRD; Raúl Bolaños Cacho, ex líder del PRI local, y Juan Díaz Pimentel, ex presidente del Congreso. Estos dos últimos ya se presentaron a declarar en la PGR. El equipo asegurado es muy similar al descubierto hace un par de semanas en Cancún. Cuando el Ejército lo aseguraba se presentó Manuel Vera Salinas, ex director de Tránsito de ese municipio, para explicar que se trataba de oficinas administradas por personal del gobierno municipal.

Vera Salinas fue uno de los marinos, ex agentes del Cisen, que trabajaron para Ulises Ruiz y a los que encargó la persecución y represión del movimiento magisterial y de la APPO de 2006 y 2007.

Instantáneas
1. ¿ACCIDENTE? El domingo pasado se venció el plazo fijado por la Procuraduría de Justicia del Estado de México para dar a conocer los resultados “científicos” de la investigación sobre la desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara Farah. Pasó toda la semana y nada. Es probable que algo informe en el transcurso de la próxima. Se sabe que hay peritajes que sustentan la hipótesis del accidente: la pequeña se asfixió en su cama y entre colchones y cobijas su cadáver estuvo ahí nueve días, sin que nadie lo viera y nadie lo oliera. Inverosímil.

2. LEGIONARIOS. El Vaticano inicia hoy el análisis de la auditoría que el papa Benedicto XVI ordenó se hiciera a los Legionarios de Cristo. Será en reuniones privadas de las que resultará una decisión sobre el futuro de esa orden fundada en México por el pederasta Marcial Maciel. Todo apunta hacia una refundación que empezará con la destitución de sus actuales directivos, encabezados por el padre Álvaro Corcuera, y la designación de un delegado pontificio que cumplirá
la encomienda.

fuente- el correo de oaxaca