martes, 19 de julio de 2011

Acusa AMLO a Salinas, Peña, Gordillo y Televisa de implantar en México una dictadura encubierta










Como representante del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), convocamos a esta conferencia de prensa para fijar nuestra postura sobre las elecciones del domingo.

Yo acuso a Carlos Salinas, a Enrique Peña Nieto, a Elba Esther Gordillo y a Televisa, de aprovecharse de la pobreza del pueblo y de la ignorancia de amplios sectores de la sociedad para terminar de implantar una dictadura encubierta. Los recientes procesos electorales confirman lo que hemos venido diciendo: en nuestro país es prácticamente inexistente la democracia.

Lo poco que se había avanzado en los últimos tiempos, se derrumbó con el fraude electoral del 2006, y lo más lamentable, es que, en vez de que se retomara el camino hacia elecciones limpias y libres, se han mantenido y profundizado las mismas prácticas antidemocráticas.

Esta degradación de la vida pública de México puede explicarse de manera sencilla, aunque todavía hay muchos que se niegan a reconocerlo: en México domina una oligarquía que significa el gobierno de unos pocos.

Se trata de una élite de potentados, de un poder informal que mantiene sometidas a las instituciones y se impone a través de partidos y de políticos inmorales, con el único propósito de conservar, a costa de lo que sea, el régimen de opresión, corrupción y privilegios que ha llevado a la ruina al país y a la crisis de bienestar, inseguridad y violencia que estamos padeciendo.

Hasta ahora se han venido imponiendo con el uso de dinero a raudales para traficar con la pobreza de la gente y manipular mediante el control casi absoluto de los medios de comunicación que utilizan para administrar la ignorancia en el país. Esto ha quedó demostrado una vez más en las elecciones del domingo pasado, en las que se compró el voto de manera descarada y fue evidente la parcialidad de los medios de comunicación, en particular de Televisa.

De modo que sabemos bien lo que enfrentamos, por eso reiteramos que sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación. Es decir, las cosas no van a mejorar en tanto no haya una voluntad colectiva dispuesta a hacer valer los derechos ciudadanos y a construir una patria nueva, sustentada en la dignidad, la honestidad, la justicia y en una verdadera democracia.

En lo que a nosotros corresponde, tenemos fe en que más temprano que tarde, el pueblo terminará de tomar conciencia y sabrá que es más fuerte que quienes se creen amos y señores de México.

Exhorto a los integrantes del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) a mantener la moral en alto, a no caer en la desesperanza y pensar que en las luchas por las transformaciones históricas del país, necesariamente se tienen que enfrentar obstáculos, pero que al final, o triunfa la razón o queda cuando menos la satisfacción del haber cumplido.

Vamos a continuar luchando sin desmayo, con la convicción de que lo hacemos por una causa justa y con la seguridad de que el país no podrá salir de la decadencia, si no hay un verdadero cambio.

Por eso, aprovecho a anunciar que desde mañana inicio un nuevo recorrido por todas las plazas públicas del país para seguir advirtiendo sobre la pretensión de una pandilla de rufianes de eternizarse en el poder, ahora con el regreso del PRI, que sería como el retorno del dictador Antonio López de Santa Anna.

Y al mismo tiempo, insistiré en llamar a todos los mexicanos a construir un nuevo pacto social; a mujeres y hombres de todos los sectores, clases sociales, de las distintas corrientes de pensamiento, creyentes y no creyentes, mexicanos todos de buena voluntad, para lograr el objetivo superior de salvar a México y entregar buenas cuentas a las nuevas generaciones.

Boletín

Como representante del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), convocamos a esta conferencia de prensa para fijar nuestra postura sobre las elecciones del domingo.

Yo acuso a Carlos Salinas, a Enrique Peña Nieto, a Elba Esther Gordillo y a Televisa, de aprovecharse de la pobreza del pueblo y de la ignorancia de amplios sectores de la sociedad para terminar de implantar una dictadura encubierta. Los recientes procesos electorales confirman lo que hemos venido diciendo: en nuestro país es prácticamente inexistente la democracia.

Lo poco que se había avanzado en los últimos tiempos, se derrumbó con el fraude electoral del 2006, y lo más lamentable, es que, en vez de que se retomara el camino hacia elecciones limpias y libres, se han mantenido y profundizado las mismas prácticas antidemocráticas.

Esta degradación de la vida pública de México puede explicarse de manera sencilla, aunque todavía hay muchos que se niegan a reconocerlo: en México domina una oligarquía que significa el gobierno de unos pocos.

Se trata de una élite de potentados, de un poder informal que mantiene sometidas a las instituciones y se impone a través de partidos y de políticos inmorales, con el único propósito de conservar, a costa de lo que sea, el régimen de opresión, corrupción y privilegios que ha llevado a la ruina al país y a la crisis de bienestar, inseguridad y violencia que estamos padeciendo.

Hasta ahora se han venido imponiendo con el uso de dinero a raudales para traficar con la pobreza de la gente y manipular mediante el control casi absoluto de los medios de comunicación que utilizan para administrar la ignorancia en el país. Esto ha quedó demostrado una vez más en las elecciones del domingo pasado, en las que se compró el voto de manera descarada y fue evidente la parcialidad de los medios de comunicación, en particular de Televisa.

De modo que sabemos bien lo que enfrentamos, por eso reiteramos que sólo el pueblo puede salvar al pueblo y que sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación. Es decir, las cosas no van a mejorar en tanto no haya una voluntad colectiva dispuesta a hacer valer los derechos ciudadanos y a construir una patria nueva, sustentada en la dignidad, la honestidad, la justicia y en una verdadera democracia.

En lo que a nosotros corresponde, tenemos fe en que más temprano que tarde, el pueblo terminará de tomar conciencia y sabrá que es más fuerte que quienes se creen amos y señores de México.

Exhorto a los integrantes del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) a mantener la moral en alto, a no caer en la desesperanza y pensar que en las luchas por las transformaciones históricas del país, necesariamente se tienen que enfrentar obstáculos, pero que al final, o triunfa la razón o queda cuando menos la satisfacción del haber cumplido.

Vamos a continuar luchando sin desmayo, con la convicción de que lo hacemos por una causa justa y con la seguridad de que el país no podrá salir de la decadencia, si no hay un verdadero cambio.

Por eso, aprovecho a anunciar que desde mañana inicio un nuevo recorrido por todas las plazas públicas del país para seguir advirtiendo sobre la pretensión de una pandilla de rufianes de eternizarse en el poder, ahora con el regreso del PRI, que sería como el retorno del dictador Antonio López de Santa Anna.

Y al mismo tiempo, insistiré en llamar a todos los mexicanos a construir un nuevo pacto social; a mujeres y hombres de todos los sectores, clases sociales, de las distintas corrientes de pensamiento, creyentes y no creyentes, mexicanos todos de buena voluntad, para lograr el objetivo superior de salvar a México y entregar buenas cuentas a las nuevas generaciones.

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