Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F., (apro).- Felipe Calderón Hinojosa no está empecinado en aprobar reformas que realmente abatan el crimen organizado, pues de ser así su reforma contra el lavado de dinero iría “tras la huella” de recursos sucios y atacaría las ganancias de los cárteles de la droga. Hasta ahora no ha sido así.
Y en los hechos tampoco ha mostrado su deseo de que una iniciativa tan limitada, como la que envió, sea aprobada, dado que públicamente demanda al Poder Legislativo que convoque a un periodo extraordinario para aprobar diversas reformas o nuevas leyes, como la del lavado de dinero, pero en privado mantiene callados a los diputados afines a su gobierno.
Mientras por un lado Felipe Calderón acusa al Poder Legislativo de frenar sus iniciativas, en San Lázaro los diputados del PAN se mantienen pasmados, atados de manos. Así, por ejemplo, Alberto Becerra Pocoroba, presidente de la Comisión de Hacienda, quien tiene en su poder la minuta del Senado sobre lavado de dinero, ni siquiera ha convocado a reunión al resto de los partidos, ya no se diga para aprobar la minuta, sino al menos para leerla.
¿Cómo, entonces, el Ejecutivo pretende que se apruebe una iniciativa, si no empuja a sus legisladores a cabildear, a operar políticamente en pro de la minuta contra lavado de dinero?
Eso sí, mediáticamente utiliza a su fallido secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, para que se reúna con los coordinadores parlamentarios, en un intento por “destrabar” las iniciativas, convocar a un periodo extraordinario de sesiones y luego aprobarlas.
En cuanto al proceso legislativo, Calderón demanda una cosa en público y en privado hace otra. Pero, además, hay otro aspecto: la iniciativa en sí misma.
La minuta contra el lavado de dinero enviada por Calderón al Senado no va al centro del problema, es decir, no ataca realmente ese complejo sistema. Por ejemplo, deja que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sea la única dependencia capaz de establecer denuncias cuando se sospeche que el lavado está ocurriendo. La responsabilidad, entonces, sigue recayendo en una sola instancia, la Unidad de Investigación Financiera que depende, precisamente, de la SHCP.
Resulta absurdo que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que es la que detecta movimientos bancarios inusuales, no pueda, por cuenta propia, interponer denuncias. Y, del otro lado, el Sistema de Administración Tributaria, donde se reflejan los posibles evasores de impuestos, tampoco puede interponer denuncias.
Y es que el movimiento de cuentas bancarias y evasión fiscal son dos elementos que juegan un papel vital en el proceso de lavado de dinero.
A contracorriente de lo que se hace en Italia, donde se cuenta con una policía especializada en lavado de dinero, el gobierno mexicano diversifica en varias instituciones cada uno de estos actos y entrega sólo a una –la SHCP– la potestad de interponer la denuncia. Es decir, que los entes involucrados en las investigaciones de lavado de dinero trabajan de manera descoordinada.
Existen varias cifras sobre cuánto dinero se lava anualmente en México, algunas de las cuales van de los 10 mil millones a los 40 mil millones de dólares, dependiendo del organismo que las emita.
Lo único cierto es que para la comunidad internacional, México ya se ha convertido en un foco en el que hay que poner atención por la fácil manera de lavar dinero.
Por ejemplo, tanto el Fondo Monetario Internacional como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) de la ONU han señalado que “México se enfrenta ahora a una amenaza a su estabilidad y a su seguridad nacional sin precedentes, por el tráfico de drogas y la delincuencia organizada”.
Y más: “Los poderosos cárteles de la droga, que recurren a la violencia extrema, han extendido sus actividades en diversas partes del país. Estas actividades suponen un importante desafío para el gobierno”.
Los organismos internacionales acusan desarticulación en el combate al lavado de dinero y pocas sentencias condenatorias por ese delito.
En su reporte de 2009, el FMI señala que pese a la expansión del tráfico de drogas y las actividades del crimen organizado en México, los delitos de lavado de dinero no han sido adecuadamente investigados, “pues las autoridades mexicanas solamente han obtenido 25 sentencias condenatorias por este ilícito desde 1989 a 2007, y 14 de ellas fueron dictadas en 2007. Más aún, la mayor parte están relacionada con delitos en flagrancia, es decir aseguramiento de dinero y detenciones en operativos policíacos o militares, y prácticamente ninguna con el intercambio de información con la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda”.
Otro dato: Entre 2007 y el primer trimestre de 2011, la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda recibió 185 mil 677 reportes de operaciones inusuales, y sólo se han logrado 20 sentencias condenatorias.
Y la iniciativa de Felipe Calderón contra lavado de dinero, que tanto se demanda públicamente sea aprobada en un periodo extraordinario, pero en privado se mantiene en el cajón del diputado panista Alberto Becerra Pocoroba, no va al corazón del dinero sucio, y mientras no se ataque esta arista, aminorar el crimen organizado en México será poco menos que imposible.
Mantener empecinadamente que la estrategia sólo debe ser de policías, militares y armas, no dará resultado, o por lo menos no se ha logrado abatir el lavado de dinero, que es el último fin de los diversos cárteles.
De manera que la demanda de Calderón de convocar a un periodo extraordinario no es real, sino mediática y electorera. Por lo menos los hechos así lo demuestran.
Dato: ¿De dónde sale el dinero para la campaña de Eruviel Ávila en el Estado de México? En el PRI dicen que no de la dirigencia local que encabeza el fallido precandidato a gobernador, Luis Videragaray. También alegan que no es mucho el apoyo del gobierno de Enrique Peña Nieto, debido a que el gobernador todavía no asimila la imposición de Arturo Montiel. De ahí que el dinero salga, aseguran los propios priistas, de los bolsillos de la maestra Elba Esther Gordillo. Quizá por ello su hija y futura dirigente de Nueva Alianza, Mónica Arreola, se encuentra instalada en territorio mexiquense, para atender todas las necesidades de Eruviel Ávila.
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